Un plato de esta sopa de zanahoria y te sentirás calentito y a gusto enseguida. Hecha con tan solo unos pocos ingredientes, esta sopa es vegana y sin gluten, ¡para que todo el mundo pueda disfrutarla!

Esta comida ligera está repleta de sabor gracias a la reacción de Maillard, un proceso químico que da a la comida dorada su sabor distintivo. Las cebollas, ricas en proteínas, y las zanahorias, que aportan azúcares naturales, enriquecen el sabor y la textura. Es una receta ideal para el otoño, cremosa, reconfortante y con jengibre, perfecta para reforzar el sistema inmunológico contra la gripe estacional.

🧾 Ingredientes

Para esta receta de sopa de zanahoria, sin duda encontrarás los ingredientes esenciales en tu cocina, dado que son bastante intercambiables.

Zanahorias frescas: La estrella del plato; las zanahorias aportan dulzura natural y un vibrante color naranja. Ricas en betacaroteno, hacen que el plato sea tan nutritivo como delicioso.
Cebolla: Añadiendo profundidad y aroma, las cebollas son la base para un caldo lleno de sabor. También aportan una dulzura sutil que combina perfectamente con las zanahorias.
Ajo fresco: Al igual que en el estofado, el ajo actúa como un amplificador de sabor en la sopa. Su intensidad marida de maravilla con la dulzura de las zanahorias y las cebollas.
Vinagre de sidra de manzana (o zumo de limón): Para crear un toque similar al buttermilk vegano, este elemento ácido ilumina la sopa. También equilibra la dulzura y la riqueza de los demás ingredientes.
Jengibre fresco: ¡El toque de picante! El jengibre le da a la sopa un tono cálido y especiado que la eleva por encima de tu típica sopa de verduras.
Leche de coco (o crema de coco): Para un toque de indulgencia, la leche de coco añade una textura cremosa y una nota tropical. Además, es una excelente alternativa vegetal a los lácteos.
Caldo de verduras: Más que un simple líquido, sirve como lienzo de sabor para todos los ingredientes. Un caldo de buena calidad marca la diferencia, ¡así que elige bien!
Aceite de coco (opcional): El aceite sirve como base para saltear los aromáticos. Asegura que los sabores se mezclen de forma homogénea, convirtiendo la sopa en un plato coherente.

Si quieres darle un toque especial, puedes añadir un poco de leche de coco por encima y un poco de lemongrass fresco o pasta de lemongrass, pero eso es totalmente opcional.

🔪 Instrucciones

Preparar esta sopa vegana de zanahoria y jengibre es súper fácil. Solo sigue estos sencillos pasos:

Pica en trozos gruesos la zanahoria, las cebollas, el ajo y pica finamente el jengibre.
Sofríe la cebolla picada y el ajo fresco con un poco de aceite de coco a fuego medio, removiendo de vez en cuando.
Incorpora las zanahorias frescas y el jengibre recién rallado.
Luego, añade el vinagre de sidra de manzana, el zumo de limón o el vino blanco para desglasar y extraer todo el sabor del fondo de la olla.
Vierte el caldo de verduras y déjalo cocer a fuego lento.
Deja enfriar brevemente y tritura con leche de coco, ya sea en una batidora o con una batidora de mano, durante unos 40 segundos hasta obtener una sopa cremosa de zanahoria.
Adorna con un poco más de leche de coco, cebolla verde picada y copos de pimiento rojo.

🥢 Cómo servir

Generalmente tomamos esta sopa caliente, sin embargo también es deliciosa fría, como si tomaras un gazpacho andaluz o una crema de pepino y aguacate.

Puedes servirla en formato de chupitos como una entrada elegante para una cena formal.

✅ Beneficios de la sopa de zanahoria

Esta sopa no solo calienta, es vegana, sin gluten y perfecta para cualquier época fría. Las zanahorias, llenas de betacaroteno (que se transforma en Vitamina A), son unas campeonas para tu vista, piel, inmunidad y corazón. ¡Y es que casi ninguna otra verdura le gana en Vitamina A!

Además, las zanahorias tienen un montón de antioxidantes que luchan contra la inflamación y pueden reducir el riesgo de enfermedades del corazón. Y no solo eso, el falcarinol, un compuesto especial de las zanahorias, podría ayudar a prevenir ciertos cánceres y combatir la inflamación, por ejemplo, en casos de artritis.

Por si fuera poco, las zanahorias aportan Vitamina K, importante para los huesos y la coagulación de la sangre, y Vitamina C, que repara tejidos y actúa como antioxidante. En resumen, esta sopa es un superalimento en taza.

Consejo: Al comprar zanahorias, busca las que estén firmes y crujientes, sin grietas ni manchas. Evita las zanahorias blandas.

El jengibre es conocido por sus potentes beneficios antiinflamatorios cuando se consume crudo o poco cocido. Además, posee numerosas cualidades medicinales, incluyendo su actuación como antibiótico, reducción de síntomas de náuseas, alivio del dolor, estimulación del sistema inmunitario y mucho más.

El jengibre también ayuda a mejorar la circulación sanguínea, lo que significa que puede ayudar a reducir el dolor muscular y la inflamación crónica.

Un estudio publicado en el "Journal of Nutritional Science and Vitaminology" muestra que el jengibre puede beneficiar a los atletas que experimentan daños musculares inducidos por el ejercicio.

El jengibre es mejor consumirlo crudo o poco cocido; sin embargo, si prefieres cocinarlo, asegúrate de no quemarlo. Para preservar los nutrientes y enzimas del jengibre, corta solo una pequeña cantidad cada vez y rállalo o pícalo con un cuchillo afilado.

Es mejor consumir jengibre fresco dentro de las tres semanas después de comprarlo. Si no planeas usarlo en ese período, envuelve el jengibre sin pelar en papel film, ponlo en una bolsa hermética y guárdalo en el congelador.

Consejo: También puedes congelar el jengibre rallándolo y luego transfiriéndolo a una bandeja de cubitos de hielo con agua. Una vez congelados, traslada los cubitos a una bolsa hermética. ¡Añade uno o dos cubitos a los batidos para darles un toque de sabor!

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📋 Receta