Si eres como yo, es posible que te encuentres con mucha pulpa de almendras sobrante después de hacer leche de almendras. Pero antes de desecharla, ¡Considera convertirla en harina de almendras en su lugar! Es una excelente manera de aprovechar esos restos y es muy fácil de hacer. Solo sigue estos simples pasos y tendrás harina de almendras fresca en poco tiempo. ¡Disfruta! 🙂
Precalienta el horno a 93 ºC (200 ºF). Asegúrate de exprimir todo el líquido de la gasa donde hiciste la leche de almendras.
Hornea. Utiliza el modo de calor superior e inferior. No uses el modo ventilador, ya que dispersará toda la pulpa. El tiempo de horneado es de aproximadamente dos horas; debes asegurarte de que la pulpa de almendras esté completamente deshidratada. Cuanto más la disperses, más rápido se secará.
Revuelve. Deberás remover la pulpa de almendras unas 4-5 veces durante el proceso. Desintegra los grumos y no permitas que se vuelvan marrones.
Reposo. Deja reposar la pulpa de almendras horneada durante un par de horas, y luego puedes triturarla durante unos 20 segundos hasta obtener harina de almendras. Luego puedes usarla en tus productos horneados favoritos.
Tritura o procesa la pulpa de almendras seca hasta obtener una harina de consistencia fina. Debería tomar solo unos 15 segundos. Asegúrate de no triturarlo demasiado, de lo contrario, la harina de almendras se agrupará.
Almacena. Recuerda almacenar la harina de almendras en un recipiente hermético a temperatura ambiente durante un mes.
Notas
El resultado aproximado es que ¾ de taza de pulpa de almendras produce ¼ de taza de harina de almendras (30-35 gramos).